La familia es uno de los pilares más importantes (sino el que más) en el que nos apoyamos durante nuestro desarrollo vital. Se trata de un sistema en el que se da una interacción continua entre sus componentes y donde cada uno adopta un rol.

Mantener un equilibrio sano no siempre es fácil, pudiendo aparecer tensiones generadas por múltiples causas y que a la larga deriven en problemas mayores. De aquí que se plantee como necesaria la tanto intervención familiar como individual de cada uno de los miembros.

Aceptando las necesidades propias así como las del resto de la familia, se van forjando nuevos vínculos más saludables, basados en el cariño y el respeto.