Es curioso como en una sociedad diseñada para la distracción donde la tecnología no da pábulo a la aparición del aburrimiento, el fenómeno se empeña en persistir. Cada vez es más fácil aburrirse de algo, dejarlo de lado y pasar a lo siguiente como el mono que se desplaza de rama en rama sin rumbo fijo. Parece como si intentáramos atrapar fugaces momentos de  una «felicidad» un tanto esquiva que tiende a escaparse de entre los dedos en este continuo de la insatisfacción.

Pero antes de desmontar nada y para un correcto análisis, comencemos por una definición de aburrimiento, por ejemplo como: sensación de fastidio derivada de la falta de estímulo o interés por algo. Afinando más en su etiología podríamos decir que aquello con lo que me entretengo, o donde he depositado temporalmente mi «felicidad», no está cumpliendo su función y de ahí la frustración. Desde las prácticas contemplativas y en concreto desde el mindfulness o atención plena, encontraríamos una explicación más certera además de dar con una solución que brinda múltiples beneficios. Asumiendo esta perspectiva, el aburrimiento es más como una inquietud que desprecia el momento presente en pos de alguno mejor. Esta forma de desconexión con el momento presente es realmente la génesis de este (y de cualquier) tipo de malestar. Si en vez de saltar a otra cosa apostando por una nueva «felicidad» temporal, aceptáramos el momento presente tal cual es, el aburrimiento simplemente se desvanecería ya que la nueva ocupación es prestar atención a cada instante.

Asumiendo el aburrimiento como un estado de ánimo más, libre de etiquetas, podemos emplearlo como herramienta para darnos cuenta de cómo es y lo que pretende, aprovechando así su aparición como una oportunidad para reconciliarnos con el momento presente. De este «no hacer nada», de experimentar una misma quietud en cuerpo y mente, se reportan numerosos beneficios muy estudiados y constatados por la ciencia a día de hoy. Uno de ellos es sin duda el potenciar la creatividad. También entendida como el tipo de pensamiento divergente que nos ayuda a ser flexibles, relativizar problemas, generar nuevas alternativas  además de ser una capacidad cada vez más valorada por su tendencia a la escasez en un contexto social que como indicaba al comienzo, insiste en narcotizar mediante la sobreestimulación.

Si te has aburrido leyendo este texto, ya sabes, aplícate y dedícate a la atención plena en este preciso instante, observa tus sensaciones con curiosidad, sin emitir ningún tipo de juicio y con un trato amable hacia ti. Con ello, esta parrafada habrá cumplido su humilde misión. En caso de que hayas disfrutado de la lectura, has ejercitado la atención plena. Así que misión cumplida igualmente.